Un estudio reciente examinó cómo los aromas idénticos pueden tener un olor diferente entre sí, según el tipo de etiquetado utilizado.
Si un aroma se combina con una etiqueta de apariencia agradable, se percibirá como un olor más agradable en general que el mismo aroma cuando se combina con una etiqueta más negativa y menos atractiva.
La razón es que nuestras expectativas en realidad influyen en cómo nuestro cerebro percibe el olor. Los escáneres cerebrales tomados durante este estudio en particular revelan que la reacción inicial de la persona a las etiquetas (positiva o negativa) afectó la forma en que la sangre fluyó a las áreas de procesamiento olfativo de los sujetos de prueba.
¿Cómo es eso para las primeras impresiones?